Pintura griega

Después de hablar largo y tendido sobre los dioses griegos, nos metemos por fin en Grecia de lleno. Hay que entender que muchas de las representaciones que veremos tienen mucho, por no decir todo, que ver con los dioses o la mitología.
Hoy hablaremos de la pintura griega.

La única pintura griega que ha conseguido sobrevivir al paso de los años es la que se encuentra en las vasijas de cerámica.
Podemos decir que es una pintura verosímil, sigue relativamente las proporciones humanas. Tiene un trazo muy fino y delicado, con apenas volumen o paisaje exterior. A igual que en la pintura egipcia, su finalidad es representar escenas de dioses o héroes griegos, o escenas de la vida cotidiana que nos da algo de ayuda para comprende su modo de vida. Los tonos son siempre terrosos, similares a los de la vasija.

Representación del dios Hefesto

No nos han quedado pinturas en muros o caballete, pero a partir de textos y reconstrucciones o copias romanas sabemos que era muy realistas y con pigmentaciones muy puras y saturadas. Usaban colores como el blanco, el rojo, el negro o el amarillo.
La función, como siempre, era la representación de escenas divinas o la vida cotidiana. No solía tener mucha perspectiva ni volumen.

No hay mucho más de lo que podamos hablar sobre la pintura griega, debido a la escasez de datos. Los predecesores de los griegos eran los minoicos y los micénicos, de los que hablaremos si tenemos tiempo. Ellos si tuvieron algunas pinturas que representan el último matriarcado.

Mujer saltando un toro

Lo más destacable del arte griego fueron sus esculturas y su arquitectura, de las que hablaremos largo y tendido en las próximas entradas.

Vicky